lunes, 1 de febrero de 2010

Hiperrealismo

El famoso artista había llegado a la ciudad. El Museo de Arte Moderno organizaba una visita a su nueva obra: un autobús repleto de críticos, galeristas, políticos y algunos curiosos, que comentaban entusiasmados lo ultimísimo de tan fabuloso creador plástico. Cuando llegaron a aquel páramo tórrido y polvoriento, recibieron una tarjeta con los datos de la instalación: “Campo de trigo recién segado”. Celebraron la delicada silueta de los tallos del rastrojo, la pajiza tonalidad de la llanura, los segmentos combados de los postes de teléfono, y la delicada curvatura de las cilíndricas balas de paja. La visita inaugural a la exposición fue un éxito.

Marisol Torres (Madrid)

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