lunes, 1 de febrero de 2010

Relato corto

La puerta del metro se abrió, entre el apuro y el cansancio solo pudo buscar ansiosamente un lugar libre...

De pronto se encontró con la mirada de un joven que le miraba insistentemente como buscando entre sus recuerdos.

Sí a ella también le parecía conocido sin embargo no atinó a entablar conversación porque cuando la gente grande dice que recuerda rostros ... muchas veces no le creen ... claro si ni siquiera recuerda dónde guardó el monedero que uso ayer...

Los ojos de la señora se empañaron porque vio entre sus recuerdos un niño sentado en un pupitre de la escuela con otra mirada más brillante y una enorme sonrisa que iluminaba la cara y cualquier momento de recreo escolar aunque hiciese frío o tormenta ...

Era un alumno de quién sabe cuántos años atrás... Solamente pensó... emigración ... los muchachos de mi país sembrados por el mundo

La lucha y la soledad de cada emigrante, se le hacía cada día más patente.

Pensaba en sus tres hijas que una tras otra llegaron a Barcelona a trabajar y estudiar ¡que fuertes habían sido para emigrar y sobrevivir el exilio de aquél país donde estaban sus amigos, donde la gente por la calle hablaban unos con otros aunque no se conociesen...

El metro era un muestrario de nacionalidades de razas de esta polifacética Barcelona, donde se ven personas alegres enérgicas segurás de sí mismas por doquier

La propia televisión muestra un sector de sociedad con pentagrama en sol mayor

Pero donde también cruzamos rostros donde se adivina una cruda lucha diaria... y una valentía muy grande, de los inmigrantes que eligieron entre la pobreza y la lumbre y el calor del hogar lejano... ¿Cómo hemos llegado a esto?

Cómo pudieron los países endeudarse y empobrecerse tanto... ¿guerras? explotación? intereses creados? prostitución ideológica? egoísmo institucionalizado?

Tal vez ninguno de los que viajaba en el metro analizaba la situación... la señora desde su cansancio de 69 años no comprendía como tenían tanta fuerza estos obreros, estos padres de familia jóvenes, tal vez lejos del hogar para enviar unos euros a su familia.

Pero sí desde su corazón salía una oración: ten misericordia de nosotros, tus pobres hijos recorriendo el mundo. Cada uno paseando su soledad entre los otros.

Al menos algunos los esperaría alguien querido en su casa ? o tal vez una pieza escasa y con luz artificial ?

"Nuestra Señora del Camino ... bendice las encrucijadas, las ásperas cuestas... los valles y las montañas... pero sobre todo danos el agua de la amistad y el fuego del amor para seguir fuertes en el transcurso de estas jornadas camino a la Patria"

Mamá... en la próxima nos bajamos... el cochecito de la nieta y la voz enérgica de su hija la volvieron al momento, habían llegado POBLE NOU!!

La llamaba "su solcito" la niña más tierna del mundo!

Ana Cristina Delgado Tacoronte (Barcelona)

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